Fisioterapia de la anquiloglosia
Anquiloglosia significa literalmente lengua atada o anclada. Es una situación patológica, en la que la lengua se encuentra sujeta al suelo de la boca y no puede realizar movimientos libres, como por ejemplo los necesarios para que un bebe pueda mamar de manera eficaz. Algunas veces su origen tiene que ver con un frenillo corto y en otras ocasiones se debe a situaciones de disfunción musculoesquelética de algunas estructuras.
La lengua es un órgano con múltiples funciones: participa en la alimentación, respiración, el habla, el sueño y la postura, entre otras. Es el molde para el desarrollo de los arcos dentales e influye en el desarrollo facial y las vías respiratorias. La funcionalidad de la lengua se puede ver afectada por diferentes causas, pero una de las más habituales es un frenillo lingual restrictivo que impide una correcta movilidad.
En el caso de que el origen de la anquiloglosia sea un frenillo corto restrictivo, la solución a esa anquiloglosia sería una intervención quirúrgica llamada frenectomía. Una intervención sencilla para cortar el frenillo que realizan pediatras y odontopediatras.
Tras la intervención del frenillo siempre es necesaria y se recomienda la rehabilitación fisioterapéutica a través de terapia de anquiloglosia. Esta consiste en realizar un trabajo muscular y craneal para que la lengua consiga moverse correctamente y los tejidos conserven su elasticidad.
Además del trabajo fundamental del especialista será necesaria la colaboración e implicación de los padres. Quienes tendrán que trabajar con sus bebés en casa, varias veces al día, los ejercicios que les haya aconsejado realizar el fisioterapeuta.
Los ejercicios son tan importantes como la cirugía. Es necesario tenerlo asumido desde el primer momento ya que los riesgos de no hacerlos provocarán una mala cicatrización de la herida. Pudiendo provocar fibrosis y sin conseguir la mayor longitud de la lengua a pesar de haber realizado la intervención.
Los ejercicios de rehabilitación tienen dos funciones: La primera es que la herida no se enganche y cicatrice correctamente. La otra función es hacer que todos los músculos que mueven la lengua puedan ejercitarse.
Este trabajo es necesario para que la cicatriz cure correctamente y el bebé aprenda los movimientos de succión propios del lactante. De esta forma el bebe podrá recuperar progresivamente la movilidad total de la boca y la lengua, así como reconducir las disfunciones orales de la succión.
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